En el año 1871 la epidemia de fiebre amarilla demandó la apertura de un nuevo enterratorio en la ciudad luego de que la capacidad de los camposantos existentes se viera colapsada ante la emergencia sanitaria.
En 1886, ya federalizada Buenos Aires, la intendencia de Torcuato de Alvear encargó al ingeniero y arquitecto Juan Antonio Buschiazzo la planificación de un monumental enterratorio para la metrópoli en crecimiento. Este se inauguró en diciembre del mismo año, recibiendo el nombre de “Cementerio del Oeste” que, desde 1948, pasaría a ser “de la Chacarita”.
En 1893 se inició la construcción de los mausoleos. Una década más tarde se inauguró el crematorio que se encuentra dentro del predio. La primera cremación realizada en el cementerio tuvo lugar en el año 1904. Al año siguiente, se dio apertura a la primera galería con nichos murales en el recinto. El crematorio del cementerio de la Chacarita es el único que da servicio hoy en la ciudad.
Desde principios del siglo XX, constituye el principal cementerio activo de la Ciudad.
Su planificación y diseño configura un sistema de diagonales sobre un damero. Debido a sus dimensiones, se previeron varios puntos de acceso y amplias calles para el tránsito vehicular.
La entrada principal es un gran peristilo de estilo neoclásico de 24 columnas que da acceso a un espacio funerario dividido en 4 secciones, de 9 manzanas cada una. Asimismo la traza dispone de 16 secciones destinadas a sepultura en tierra.
Por su valor patrimonial se destacan los mausoleos familiares de diversos estilos arquitectónicos que responden a la idea de “última morada familiar” propia de la cultura funeraria de fines del siglo XIX a mediados del XX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario