Francisco Boix
El fotógrafo de Mauthausen
En la región de Viena se encuentra el campo de concentración de Mauthausen allí, junto a más de 7200 presos españoles, el catalán Francisco Boix ha sido prisionero tras ser deportado desde Francia.
Su paso por este campo de concentración y el haber trabajado para la SS fueron la clave para que este fotógrafo pueda recolectar más de 20.000 imágenes, las cuales han sido prueba fundamental en los juicios de NÜREMBERG.
Nacido el 31 de agosto de 1920, de familia de clase media (republicana y catalanista) Francisco ha despertado su interés por la fotografía gracias a su padre.
Con la llegada de la Guerra Civil en el año 1936, Boix entró a formar parte de las Juventudes Socialistas Unificadas de Cataluña, sin dejar de lado su gran afición (solía viajar con su cámara Leica).
Posteriormente mientras la guerra avanzaba y republicanos y nacionales se enfrentaban, Francisco empezó a trabajar como fotógrafo para las revistas de la época y comenzó a ser conocido gracias a los múltiples retratos que ha realizado a los lideres políticos de renombre.
Paso al frente de batalla, como combatiente y también reportero, ello hasta el año 1939, cuando las tropas de Franco tomaron Barcelona, al igual que otros republicanos, huyó de la región para hospedarse en Francia.
Llegó en 1941 a Mauthausen, en donde el colectivo de republicanos españoles era numeroso, los cuales en su gran mayoría murieron en el campo de concentración vecino de Gusen.
Boix entró a trabajar el mismo año en el servicio fotográfico de la SS, su paso por allí le ha servido para fotografiar la vida dentro del campo de concentración, el trabajo en la cantera de granito, el cual significaba la muerte segura para muchos de ellos.
Cuando los norteamericanos entraron, el 05 de mayo de 1945, al campo de concentración, Francisco se convirtió en el reportero de la liberación.
En 1943, tras la rendición alemana en Stalingrado, se dio la orden de destruir los archivos fotográficos ya que los mismos resultaban comprometedores, pero, según declaro Boix en los juicios de NÜrenberg y Dachay, se lograron salvar unas veinte mil fotos, de las cuales solo se han conservado unas mil.
Finalizada la guerra Boix se fue a vivir a Paris y allí comenzó a difundir sus fotografías en la prensa cercana al Partido Comunista Frances.
Las secuelas en su salud, han hecho que Francisco falleciera a la temprana edad de 31 años.
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