En 1918, el fotógrafo neoyorquino Lewis Hine, ya entonces conocido por sus retratos de niños trabajadores y de inmigrantes en Ellis Island, llegó a París. Había sido contratado por la Cruz Roja de Estados Unidos para documentar la asistencia prestada a los europeos. Durante los últimos meses de la primera guerra mundial y después del armisticio, Hine viajó por los devastados paisajes de Francia, Bélgica y los Balcanes. El fotógrafo retrató a esta joven refugiada serbia en la ciudad de Grdjelitza. En uno de los textos que acompañaban otras fotos del lugar, Hine escribió: «Sin ni siquiera un techo para cobijarse, estas familias regresaban a casa a pie procedentes del norte del país, donde los austríacos y alemanes las habían enviado para producir alimentos para el enemigo… Cuando estas personas regresen a sus casas, éstas habrán desaparecido. En su lugar sólo hallarán ruinas
Fuente:
www.nationalgeographic.com.
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